He escrito "Vapor" en castellano. Yo fui uno más entre todos los escolares catalanes "españolizados" por narices en vida del dictador. Y aunque mi mente piensa en catalán, a la hora de escribir los textos de mis cómics siempre lo he hecho en castellano, puesto que durante mucho tiempo simplemente no ha habido ninguna posibilidad de publicarlos en catalán. Así que desde siempre he ido desarrollando mis habilidades literarias en castellano, y nunca me he preocupado -mea culpa- de alcanzar un nivel adecuado para la expresión literaria en mi lengua materna. Solo hay una excepción, y fue el cómic "Lo piano vermell", sobre mi amigo el músico Pascal Comelade, que sí escribí directamente en catalán, básicamente porque de otra manera no me salía.
Todo este preámbulo viene a cuento para explicar las diferencias entre la edición castellana y la catalana de "Vapor". Aparte de la obvia diferencia de color en la portada para distinguirlas (rojo para el castellano y azul para el catalán), solo hay diferencias en el rotulado. Puesto que lo escribí en castellano, así lo iba rotulando de mi propia mano a medida que iba dibujando las páginas. En la versión en catalán (una magnífica traducción de Montserrat Terrones), los textos están rotulados por Iris Bernárdez, usando una fuente digital creada a partir de mi escritura manual en mi anterior libro, Bardín el Superrealista, y que no difiere apenas de la que he empleado en "Vapor".
Que curioso, interesante
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