7 mar 2013

La portada

Terminado un libro, toca ponerse a pensar en su cara visible, la portada. Me puse a hacer microbocetos durante un par de mañanas, y así fue como salió. La primerísima versión que había hecho antes de comenzar a dibujar la historia no me satisfacía, la presencia del personaje Vapor era demasiado masiva, y ni quería desvelar su aspecto de entrada ni estaba justificada su importancia dado que no tiene tanto papel finalmente en la historia. Necesitaba algo más ligero y vacío, desértico y por tanto más acorde con el tono gráfico general del libro. Pero tenía que ser potente visualmente, así que necesitaba una mancha negra que solo me podían ofrecer la sombra o el gato. Opté por la sombra porque esas miradas encontradas y esos perfiles idénticos daban mucha tensión a un dibujo aparentemente inocente de puro sencillo.

La banda vertical rayada de la izquierda -una imitación pobre del clásico lomo de tela- la tenía bastante clara, porque quería anticipar de algún modo la textura rugosa que se iba a encontrar el lector en el interior. Del diseño del título hablaré en el próximo post.



Puesto que el libro es en blanco y negro, quedaba descartada una portada a todo color. Pero una portada solo en blanco y negro parece que queda... hum... ¿pobre? Bien, siempre queda la opción de las dos tintas -que creo que domino bastante a base de haberla practicado abundantemente en los primeros años de el Víbora-. Bastaba dar, simplemente, un toque o dos con una tinta de color, quizá solo en el título y en la banda vertical. Hice pruebas en el ordenador. Y entonces fue cuando caí en la cuenta que el puro negro del dibujo quedaba demasiado duro sobre el blanco del fondo. Sustituí el negro por un marrón muy oscuro y la cosa quedaba mejor, por lo menos en pantalla. Busqué entonces la correspondencia con las tintas de impresión Pantone y encontré una que parecía adecuada, aunque la verdad es que hasta que no lo ves impreso no puedes estar seguro del todo.

Decidí hacer unas guardas completamente abstractas usando esa misma textura de la roca sobre un fondo de color también muy oscuro. Si la portada es la puerta de entrada a un libro, las guardas serían el pequeño túnel o pasillo que conduce hasta el vestíbulo (la portadilla). Me pareció que esa textura ayudaría al lector a entrar en la atmósfera visual del libro.

Y finalmente quedaba un pequeño problema por solventar. Iba a haber edición catalana y castellana, y había que diferenciarlas suficientemente, puesto que el título no cambiaba. Odio hacer portadas distintas en estos casos, porque inevitablemente siempre habrá una mejor que otra -y porque representa el doble de trabajo, claro-. Así que opté por diferenciarlas mediante el segundo color. Me tiré una buena tarde probando distintas combinaciones, buscando sobre todo que la vibración de ambas segundas tintas fuera similar (es decir, que pasados a escala de grises, ambos colores dieran la misma intensidad de gris).

Pero la incertidumbre persistió hasta ver el libro impreso, porque la portada no se imprimía en CMYK sino en tintas Pantone, que nunca se ven iguales en una pantalla que en sus catálogos de colores impresos, ni en el resultado final. Pero la verdad es que salió de maravilla (gracias a Emilio Bernárdez, el editor, que mimó la producción del libro).


El dibujo original para la cubierta.

Prueba de color descartada.

Las portadas definitivas, castellano y catalán.




2 comentarios:

  1. Pues bien creo que tienes razón aquella portada inicial que se lanzó (incluso en Amazon, para vender el libro cuando aun no había salido),sin dejar de ser una buena portada; otorgaba demasiada importancia a Vapor y espacio. Cuando ciertamente, no deja de ser Nick el protagonista de la obra y Vapor apenas si se deja ver en un capítulo.
    Respecto a la elección del dibujo final y la composición de la portada; ahí si se ve ese protagonismo de Nick y la sombra es como el reflejo reflexivo de su conciencia.Y en cuanto al diseño, me gusta mas la idea de esa portada descartada, sin duda yo no hubiese elegido el marrón para fondearla, hubiese elegido otro color.Sin embargo, lo de cercar la escena, con un círculo me gusta, viene a ser como verla a través de un objetivo, si bien limita y encierra, por otra parte no segmenta tanto el fondo rocoso, que para mi gusto respira en exceso en ambos lados de la portada definitiva, dejándola demasiado austera y minimalista(aunque quizás esa fuese tu intención)

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  2. La portada del círculo no es mala en absoluto desde el punto de vista de diseño, pero pierde esa infinitud del desierto que yo quería conservar en la cubierta. Y por eso mismo que dices de que es como verla a través de un objetivo, me parecía que distanciaba demasiado al espectador de la propia escena, como si la estuviera observando desde lejos. No, el lector tenía que estar a dos pasos de Nick, rodeado como él por el desierto ya desde la misma portada. Y eso solo se conseguía con mucho blanco y mucho vacío, y de ahí mi elección final.

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